Me habita una mujer y no me calienta los huesos
Su recuerdo es escarcha
se pega al deseo
a las ganas de cuerpo
al instinto dormido
a los besos encarcelados en la boca.
Tengo una mujer en silencio al otro lado del poema
grito en voz baja su nombre
y sólo vuelan los pájaros
No hay movimiento
Todo lo que ella fue ahora es rumor afuera de la ventana
ni los vidrios se empañan.
Tengo una mujer que llueve y se derrama sobre los techos
humedece el paisaje
es tormenta en la montaña
humedad en los zapatos
temblor de hueso.
Tengo una mujer que esquiva los versos
y le dice olé a los latidos de mi pecho
Una mujer que se esfuma como todo lo que amo
como todo lo que toco
como todo lo que sufro.
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