1
El perro
intenta escribir una novela,
alza el lápiz.
Descubre que su famoso relato
ya había sido escrito
por los vendedores de frunas.
2
El perro
ha ideado una forma de morir.
La cuestión es:
Estar solo en la habitación
con una taza de café y un cigarrillo encendido.
Morderse las garras.
Bien el perro lo admite.
Así no muere nadie
ni la idea es de él.
Pero al menos
amanece triste
con pedazos de muerte.
2 comentarios:
leer tus poemas son algo así como sentarse a mirar el cielo
iridiscentes
Es desastroso, querer estar cerca de la muerte a la mañana siguiente; cuando surge el nuevo día, se amanece con la sensación de haber estado cerca a alcanzarla, pero se encuentra la melancolía, el vacio…
isobel
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